El nuevo aeropuerto (terminal de vuelos domésticos) de Maputo es muy moderno, no así el de Nampula, que recuerda a los de los años 60 españoles. Con terraza exterior llena de gente esperando el aterrizaje de los aviones.
Desde allí, un viaje de 2 horas y media con Uwe, un alemán que tiene un negocio para mochileros, realmente cuidado y bonito en la isla.
El viaje muy impresionante, con unas vistas de montañas como las del Rey León: grandes elevaciones rocosas graníticas sobre unas inmensas llanuras (tipo "pao de azúcar"), donde se podían observar a pequeños grupos de picapedreros.
Todo del borde de la carretera lleno de aldeas con chabolas, construidas con cañas entrelazadas, barro y cubiertas de brezo. Sorprendía la cantidad de gente caminando por la carretera, sobretodo niños que iban a la escuela o vendiendo ropa, comida, camas, motos... Nos daba miedo atropellarlos.
Uwe al llegar nos hizo un recorrido por la isla. Antes comimos en un pequeño "chiringito" local regentado por Sara donde vimos lavar los vasos en bargueños de plástico... He vuelto a beber cerveza a morro. :-)
El hotel en el que estamos alojados es estupendo. Adjunto el enlace, un sueco caprichoso y un arquitecto, también sueco, casado con una mozambicana han rehabilitado un antiguo almacén con mucho estilo.
HOTEL VILLA SANDS
La mala noticia .... Chove chove y chove... Nadie aquí recuerda en esta época del año tanta lluvia. Estamos predestinados a no olvidar nuestra querida Galicia, el tema es que tenemos mucha sandalia y vestidito y poca deportiva y pantalón... Y desde luego los chubasqueros se quedaron en Madrid.
Hoy hemos visitado el museo, la residencia del gobernador y la fortaleza.
Esta tarde hemos tenido la oportunidad de contactar con las Hermanas Franciscanas de la Purísima que tienen aquí una residencia de 45 niñas a las que alojan para que puedan asistir a la escuela secundaria. Mañana conoceremos más.
Ahora vamos a cenar con el arquitecto responsable del Ministerio de Cultura que supervisa todos los proyectos y permisos, Javier está muy interesado en que le cuente todos los proyectos de desarrollo urbanístico de la isla, que es muy evidente que conoció tiempos mejores.
Cuando salieron de aquí los portugueses en el año 1975, casi se fueron con lo puesto. Había entonces 4000 habitantes en la isla.
En 1976 comenzó la guerra civil en el país que duró hasta 1991.
Muchos de los residentes en las aldeas del continente, huyeron a la isla y habitaron las casas sin apreciar en absoluto los bienes, quemaron los muebles para hacer leña y poder cocinar y destruyeron todo cuanto había, pues a nada le dieron valor. Sólo se salvó la casa del gobernador protegida por soldados del nuevo gobierno.
Todo quedó destruido, y posteriormente fue abandonando, pues los nativos se sentían más cómodos en sus chabolas a las que retornaron una vez pasado el peligro.
En ese estado continua, y la verdad mucho más decadente y ruinoso de lo que podíamos imaginar siendo un bien protegido por la UNESCO.
